Agradezo a mi dislexia haber terminado anoche en el Café Ó de Arcos Bosques.
El plan original era ir al cine, pero resultó que leí mal el horario de la película así que sin quererlo tuve el pretexto perfecto para cenar "cool". De hecho creo que no hay mejor palabra para describir el local. Su clientela "late thirties, early forties & very nice", sus platillos sencillos pero de ingredientes sofisticados tienen escrita la palabra por todas partes. Mi ensalada de higos y arúgula, aceptable; el carpaccio de kobe, ok; el merengue con higos que tomé de postre, buenísimo.
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