Una tarde a solas con mi paladar frente a un rissoto hecho por Marión (en Bistro M) y acompañado con una copa de vino blanco. Nada tan reparador despúes de una semana sumamente ajetreada.
Y para cerrar la tarde con broche de oro, imágenes de una ciudad que a veces se acuerda que llegó a conocerse como "la región más transparente". El ánimo de todos sería muy diferente si tuviéramos más días así.
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