Prácticamente uno frente al otro, como si de vigilar al enemigo de cerca se tratara, dos magníficos restaurantes de comida peruana se disputan las preferencias de los comensales de Santa Fe.
Uno es La Mar, por Gastón Acurio, cuyo restaurante en Lima, Astrid y Gastón, está entre los 100 mejores del mundo según la revista Inglesa Restaurant. Ahí descubrí que Perú es más que Machu Pichu, llamas y Fujimori; que puede ofrecer una cocina sofisticada, herencia de su pasado indígena y español, aderezado con influencias japonesas. Y por si fuera poco está Gastón, quien le ha dado un toque moderno y creativo a esta cocina en la que destacan los ceviches acompañados por salsas llamadas leches, verdaderamente deliciosas.
Empecé con un ceviche mixto de pez dorado y mariscos con leche amarilla y quedé maravillado.
Después descubrí la mejor parrillada de mariscos de México. Cocinados en mantequilla y acompañados con cebollas moradas, estos mariscos quedan exquisitameente crocantes y suculentos gracias al toque especial que les da la matequilla.
Salí de La Mar asegurando que era mi nuevo restaurante favorito. Lamentablemente no ha sido fácil volver. Parece que muchos coinciden conmigo y si no llegas temprano es imposible obtener una mesa. Y los fines de semana no se aceptan reservaciones.
En el edificio de enfrente está Segundo Muelle. Menos bullicioso y con un ambiente más familar, su cocina no le pide nada a la de La Mar. Como era de esperarse, las cartas de ambos restaurantes son bastante similares. Quizá la diferencia mayor es que la cocina de Segundo Muelle es más tradicional. Sus ceviches los presumen como los más famosos de Lima (hay tres locales en la capital peruana).
Ahí tuve oportunidad de probar más platillos. Comencé con un tiradito de pescado y pulpo cocinado al limón (una especie de aguachile) con un toque de jengibre y camote glaseado. Conitnué con una Causa (algo parecido a la polenta pero más suave) rellena de pulpa de jaiba y con algo que me pareció buenísimo: chicharrón de pescado, es decir, trozos de pescado fritos. El postre también fue sorpresivo; un mousse de lúcuma, una fruta muy similar al mamey. De Segundo Muelle salí pensando si no me había precipitado asegurando que La Mar es mi nuevo restaurante favorito.
Y me lo sigo preguntando. Realmente no puedo decir si uno es mejor que otro, si a uno hay que conocerlo antes que al otro. Es mejor conocer los dos y visitarlos varias veces. Las sorpresas gastromómicas en la Ciudad son pocas y en estos dos locales se concentran buena parte de ellas.
La Mar: Juan Salvador Agraz 37, frente a la Toyota. 5292 9776
Segundo Muelle: Juan Salvador Agraz 40, junto a la Toyota. 5292 5550
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