Pocos pasatiempos tan sibaritas como practicar golf a las 10 de la noche, acompañado de un buen whiskey.
Hoyo 4: par 3. Viento: 14 millas por hora, a favor. Tiroooo ¡Estoy en el green! a 50 pies del hoyo. Tengo el putter en la mano, pero es mucha la presión, así que me detengo a consultar el tiro con Mr. Walker, Johnnie Walker (Green Label o, lo que es lo mismo, 18 años) y justo cuando ya me había armado de valor, una llamada de la oficina:
-Hola, perdón la hora, ¿no interrumpo?
- Un poco, estoy jugando golf.
Pero lejos de encontrarme en un exclusivo campo con iluminación artificial como se lo podría imaginar mi interlocutor (en mi vida he jugado golf ), la verdad es que estoy frente a mi televisión jugando Wii Sports (y deseando que alguien me llame para hacerle creer lo que no es).
El Wii con whiskey se ha convertido en una excelente mezcla para relajarme después de un día difícil en la oficina o durante el fin de semana, pero también en mi cocina virtual.
Gracias a Cooking Mama, uno de los nuevos juegos para Wii, ahora puedo preparar una paella o una sopa minestrone sin ensuciar nada, a la hora que sea y sin engordar.
En resumen, el videojuego consiste en preparar recetas de cocina utilizando el control como si fuera un cuchillo que hay que hacer ir y venir para cortar la carne o como el mango de una sartén que debes mover rápidamente hacia adelante y hacia atrás para que no se queme su contenido. Va una "probadita":
Hace apenas tres meses decidí dar el paso al mundo de los videojuegos. Tirana acababa de nacer y tuve que diversificar mis opciones de entretenimiento en casa. La decisión sobre la consola fue fácil: odio los juegos en que hay que apretar no sé cuantos botones a la vez así que el Wii, con su control inalámbrico, sensible al movimiento me pareció revolucionario.
De hecho la experiencia de cocinar virtualmente no sería en absoluto la misma si para picar una cebolla necesitara presionar el botón "b" más el botón de la crucecita, en vez de simplemente... pues picar.
Así que si un día me llaman después de las 10 de la noche (háganlo al celular para no interrumpir el sueño de la Tirana) y les digo que estoy cocinando, no esperen una invitación a cenar.
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